Del 20 al 22 de abril tuvo lugar en Gijón (España) el Encuentro Anual del Capítulo Ibérico de ICCA (International Congress & Convention Association). Tal y como declararon los asistentes, si bien es difícil de implantar, trabajarán en un código ético que enumere una serie de prácticas a evitar. En un contexto en el que los destinos se enfrentan cada vez más a la demanda de subvenciones que supedita la recepción de operaciones MICE, el sector debería evitar entrar en una guerra de ayudas que perjudicaría al sector. No solamente los convention bureau deben implicarse en una competencia más justa, también los organizadores de congresos y los propios clientes finales.
La necesidad de realizar ofertas más atractivas en este momento de recuperación de la actividad presencial también fue analizada durante las sesiones de trabajo organizadas en el recinto de La Laboral Ciudad de la Cultura. Sin duda hay que colocar al cliente en el centro de todos los intereses, priorizando el factor humano. Los pequeños detalles y los gestos llamados a generar buenos momentos a nivel emocional siempre serán valorados en relaciones entre profesionales, que también son personas. La importancia de ofrecer iniciativas sostenibles vinculadas al entorno del evento también fue destacada.
Destinos como Madrid o el Algarve portugués presentaron sus iniciativas en materia de sostenibilidad y atracción de eventos, mientras que responsables de congresos en los sectores universitarios y privado destacaron la seguridad del venue como principal factor a la hora de elegir, seguido del precio de los hoteles y los atractivos locales del tipo de centro de estudios pujantes o un tejido empresarial de peso. En los congresos que reúnen a participantes de varios países, la conectividad es un parámetro siempre relevante.