En la Jornada MICE Asturias (España) organizada por el Gijón Convention Bureau que tuvo lugar el 30 de abril, se confirmó el hartazgo que los asistentes a eventos sienten por el formato digital, tras el traslado de las operaciones presenciales al mundo virtual como consecuencia del Covid-19.
Por eso, y tal y como afirmaron participantes en la jornada como Fernando Sánchez-Mayoral, Global Events Director de SAP SE, «si bien le sacamos partido y conseguimos generar negocio en los eventos que en 2020 trasladamos al entorno virtual, este año estamos percibiendo una reducción de la asistencia y el interés ante la gran proliferación de propuestas digitales».
Oportunidad de crecimiento
No obstante, los congresos virtuales han supuesto una oportunidad de crecimiento para muchas sociedades científicas, tal y como afirmó José Luis Rodicio Miravalles, presidente del I Congreso Virtual de la SEIQ (Sociedad Española de Investigaciones Quirúrgicas): «no solo hemos conseguido un impacto de nuestro congreso mucho mayor, alcanzando una audiencia antes inaccesible, sino que hemos aumentado considerablemente el número de miembros».
Por eso se trató sobre la importancia del contenido, que debe ser creativo, y el reto de captar la atención de quienes se encuentran al otro lado de la pantalla. Para ello es esencial contar con «contenidos candentes y ponentes de prestigio que despierten interés», según Rodicio.
Monetización de los eventos virtuales
Ana García, directora de CADE Comunicación, confirmó que «los patrocinadores de congresos presenciales no han fallado en los eventos virtuales», que han podido ser rentables para las entidades organizadoras al evitar costes derivados de los desplazamientos y alojamientos. Sin embargo, abogó por una pronta recuperación de la presencialidad ante «el cansancio que nos expresan los delegados por los formatos digitales».