La industria MICE aspira a liderar con el ejemplo en la lucha contra el cambio climático en vez de ser vista como parte del problema, y tiene un gran potencial para influir y educar a empresas de diferentes sectores. Así lo expresaron diferentes ponentes en el marco de la feria IBTM World, celebrada en Barcelona del 29 de noviembre al 1 de diciembre, añadiendo sus recomendaciones para reducir la huella de carbono de los eventos.
El panel dirigido por UFI presentó la iniciativa Net Zero Carbon Events, que cuenta ya con 480 organizaciones del sector en más de 50 países de todo el mundo que han registrado su compromiso para reducir a “cero neto” sus emisiones de carbono de aquí a 2050. Su objetivo es involucrar a actores en todo el ecosistema de los eventos, y conseguir que las estrategias de sostenibilidad se lleven ahora a la práctica con acciones concretas.
Con relación al transporte, principal contribuyente a las emisiones de carbono derivadas de los eventos, los participantes en el debate admitieron que la única solución a largo plazo para ser un sector 100% sostenible será el uso generalizado de combustibles ecológicos. Entre tanto, no se trata necesariamente de limitar los viajes, sino de planificarlos de forma más inteligente, seleccionando mejor las rutas o eligiendo aerolíneas que operen nuevas aeronaves, ya que los últimos modelos pueden reducir las emisiones en hasta un 30%. La celebración contigua de eventos complementarios que atraigan al mismo público es otra forma de limitar los desplazamientos.
La consultora en sostenibilidad Selina Donald, por otro lado, defendió que los “megaeventos”, como por ejemplo unos Juegos Olímpicos, pese a ser problemáticos por la elevada inversión y número de vuelos que requieren, ofrecen una plataforma ideal para comunicar mensajes de sostenibilidad y mostrar buenas prácticas a un público global. También pueden dejar un legado positivo en los destinos, en cuanto a nueva infraestructura o transformación social.
De estos eventos se pueden aprender lecciones para el resto del sector, como demostró con el ejemplo de los Juegos de la Commonwealth en Birmingham (Reino Unido). Entre las prácticas aplicadas con éxito para reducir su huella de carbono destacó, entre otros, el uso de proveedores locales comprometidos con la sostenibilidad, la inversión en energía renovable, una buena formación de todo el equipo involucrado, la reducción de desechos y la reutilización y reciclaje de materiales, aplicando la economía circular.