Cuatro de cada diez viajeros de negocios españoles utilizan las tarjetas corporativas para realizar compras personales, según un estudio de Carlson Wagonlit Travel (CWT). La práctica contrasta con la existencia de políticas que prohíben explícitamente este abuso en el 58% de las empresas, con una tasa de obligatoriedad del 91%.
La cifra coincide con la media global, aunque es inferior a las europeas y americanas, que se sitúan en un 46%, y ligeramente superior al 38% en Asia Pacífico. También el 58 % de los viajeros corporativos europeos y el 63 % de los americanos admiten la existencia de esas reglas corporativas, con una tasa de obligatoriedad del 85 % para ambas regiones. En Asía Pacífico, donde estas políticas son más generalizadas (69% de empresas), el uso personal de las tarjetas es algo menos (38% de los encuestados).
Más de la mitad (57 %) de los viajeros de negocios españoles encuestados dispone de una tarjeta de empresa, una cifra cercana a la media global, del 61 %. Por otro lado, en el 36% de los casos utilizan sus tarjetas de crédito personales para hacer pagos relacionados con los viajes de trabajo.