CÓMO GESTIONAR LA BRECHA GENERACIONAL

La coexistencia de profesionales de diferentes generaciones en el entorno laboral es cada vez más habitual en países con una población que envejece. Lejos de ser un problema, si se gestiona debidamente, esta diversidad puede aportar beneficios tanto a la empresa como a los propios individuos.

Brecha generacional MICE
Brecha generacional MICE

Por Cristina Cunchillos

El ser humano evoluciona constantemente, adaptándose a nuevas circunstancias socioeconómicas, cambios culturales o el desarrollo de nuevas tecnologías. Es normal que diferentes generaciones adopten distintas actitudes, valores y comportamientos, que a veces pueden resultar difíciles de asumir para determinados segmentos de la población.

En el entorno familiar, los vínculos emocionales que existen entre los miembros pueden apaciguar la frustración que generan estas diferencias. En un entorno laboral, perfectos desconocidos de diferentes edades pueden verse forzados a colaborar, intercambiar ideas, ayudarse mutuamente, o simplemente compartir el espacio de la oficina. Es más fácil que las diferencias generacionales den pie a incompresiones, malentendidos, rencores, o incluso conflictos que pueden afectar al funcionamiento de la empresa.

Cuatro generaciones en la oficina

Tras la pandemia, los jóvenes de la llamada Generación Z o centennials (aquellos nacidos entre 1994 y 2010) se han incorporado al entorno laboral. Han de compartir oficina, o incluso competir por puestos de trabajo, con miembros de la Generación Y o millennials (nacidos entre 1981 y 1993), cuyas habilidades y valores se aproximan a las suyas.

Pero también cohabitan con trabajadores senior, de la Generación X (nacidos entre 1969 y 1980) y baby boomers (nacidos entre 1949 y 1968), que ven cómo la oportunidad de jubilarse, en lugar de estar “a la vuelta de la esquina”, se aleja cada vez más.

Muchos países desarrollados se enfrentan ahora al problema de una población que envejece, conforme las expectativas de vida mejoran y disminuyen los nacimientos. En algunos casos, este envejecimiento es especialmente acentuado, como en España, donde el 19% de la población tiene ya más de 65 años. El porcentaje de personas en edad laboral –entre 20 y 64 años–, disminuirá cada vez más.

La consecuencia son plantillas en las que hoy por hoy conviven cuatro generaciones y es cada vez más difícil incorporar nuevo talento joven. Según un estudio de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), el envejecimiento de la población hará que la diversidad generacional sea aún mayor en las plantillas del futuro.

El impacto en el trabajo

Es esta brecha digital la que ocasiona la mayoría de los problemas intergeneracionales en el trabajo, según el estudio “El desafío de la diferencia generacional en la empresa” de la consultora española Grant Thornton. Cada vez existe más concienciación en el entorno empresarial con respecto a ello: el 55% de las empresas españolas encuestadas percibe problemas de convivencia en sus plantillas debido a esta diversidad generacional. Cerca del 70% de los directivos afirma que les preocupan bastante estos problemas. Un 14% se muestra muy preocupado.

El 70% de las empresas encuestadas considera que una mala gestión de estas diferencias afecta negativamente al desarrollo de su actividad. El 41% cree que resolver las diferencias es un factor determinante para fomentar la solidez de la plantilla, mientras que el 6% asegura que no hacerlo afecta directamente al ambiente laboral.

Gestionar la diversidad

Es un problema que las empresas deben abordar. El 84% de los directivos encuestadas por Grant Thornton afirma haber implementado ya medidas para combatir las dificultades derivadas de la diferencia de edad entre los miembros de los equipos. Estas medidas han de formar parte de la política de diversidad, equidad e inclusión (DEI) de la empresa.

Son cada vez los más profesionales, sobre todo los más jóvenes, que exigen que haya diversidad e inclusión en el entorno laboral, pero a menudo el enfoque se centra en personas de diferente sexo, capacidad, raza u orientación sexual. Conseguir que nadie se sienta discriminado, o en desventaja, por su edad es igualmente importante.

Hay diversos aspectos que trabajar para garantizar la integración de todos los miembros de la comunidad profesional:

Comunicación: la máxima “hablando se entiende la gente” no podría ser más válida. Es esencial fomentar una comunicación abierta y sincera, tanto entre los miembros del equipo como entre estos y la dirección, creando canales y oportunidades en las que todos puedan expresar su opinión y recelos. Promoviendo el diálogo, se podrá evitar el conflicto.

Fomentar las relaciones intergeneracionales: crear proyectos en los que miembros de diferentes generaciones trabajenjuntos y puedan combinar sus habilidades e intercambiar conocimientos, a la vez que llegan a conocerse mejor, también puede ayudar a aliviar tensiones.

Flexibilidad: imponer una forma de hacer las cosas nunca será del gusto de todos. Una empresa que muestra flexibilidad, por ejemplo,con respecto a horarios o la opción de teletrabajar, obtendrá mejor respuesta por parte de su plantilla. Lo importante es que esa flexibilidad se aplique a todos, aunque sea de diferente forma.

Personalización: las generalizaciones no son buenas, y asumir que alguien responderá de una determinada manera, otendrá ciertas habilidades, simplemente por su edad, es unerror. Es necesario tratar a la plantilla como individuos, e incluso atender a sus necesidades con un plan personalizado.

Formación: esa personalización incluye ofrecer a cada individuo la formación que necesite, ya sea para ampliar sus conocimientos o mediante programas de coaching o mentoring para ayudarle en su desarrollo personal y profesional, lo querepercutirá en mejores resultados.

La diversidad generacional en el entorno laboral no ha de verse como un obstáculo, sino como una fortaleza e incluso una oportunidad para prosperar. Según el estudio de la OCDE, la convivencia de diferentes generaciones en el trabajo puede resultar en una mayor productividad y favorecer la resiliencia, además de mejorar la estabilidad y fomentar la retención del capital intelectual.

Los profesionales más jóvenes pueden compartir sus conocimientos digitales con sus colegas más sénior, y aprender de la experiencia de estos. Las diferencias entre generaciones no tienen por qué derivar en conflictos laborales, siempre y cuando se mantenga una actitud abierta y, sobre todo, de respeto.

Todos somos diferentes, y esas diferencias se han de reconocer, y celebrar.

Para este tema hemos entrevistado a

Aurora Sanz Socia Directora del Departamento Laboral de Grant Thornton (España)
“La mala gestión de la brecha generacional puede provocar despidos por falta de adaptación y demandas por acoso moral”

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