El nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (IAFA), en las afueras de la Ciudad de México fue inaugurado oficialmente esta semana. Con su construcción, el gobierno mexicano aspira a resolver el problema de saturación del existente Aeropuerto Internacional de Ciudad de México, que había excedido ya su capacidad de 32 millones de pasajeros al año.
Con una extensión de más de 380.000 metros cuadrados y 14 posiciones para aviones, el nuevo aeropuerto podrá albergar 19,5 millones de pasajeros y 119.000 operaciones al año. Inicialmente, cuatro compañías aéreas han confirmado operaciones desde esta terminal: las mexicanas Aeroméxico, Volaris y VivaAerobús y la venezolana Conviasa, la única que ofrecerá vuelos internacionales por el momento. Algunas aerolíneas extranjeras como Copa Airlines y Air Canada han descartado su uso.
Mejorar el acceso por tierra desde la capital es una de las tareas pendientes, ya que se prevé que el nuevo tren suburbano que trasladará a los pasajeros desde la estación Buenavista en el centro de Ciudad de México al aeropuerto en 40 minutos no estará operativo hasta finales de 2023. Por el momento se puede acceder en autobús desde 14 puntos en la ciudad, con trayectos de entre 42 minutos y una hora y 40 minutos de duración.
El nuevo aeropuerto reemplaza al anterior proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de México en Texcoco, diseñado por Norman Foster, que se canceló en 2018 a pesar de que su construcción había avanzado ya un 30%.