Solamente el 17% de las empresas permite el alquiler de pisos particulares en sus políticas de viajes, según un estudio de la fundación GBTA (la asociación global de viajes de negocios por sus siglas en inglés) en asociación con AccorHotels. Sin embargo, el número de empleados que utiliza este tipo de alojamiento sin que esté autorizado es mucho mayor (el 37%).
El estudio demuestra que las compañías están considerando los servicios de alojamiento compartido como Airbnb para los viajes de negocio, pero el 52% decidió no incluirlos en sus programas tras analizar los pros y los contras.
La principal preocupación, expresada por el 87% de los profesionales, es la seguridad de este tipo de propiedades, así como la dificultad de garantizar que estén en buen estado (el 61%). Las condiciones de las reservas también preocupan a las empresas, en particular los depósitos no reembolsables (58%) y cancelaciones de última hora (51%). La disponibilidad de wifi (33%) o la flexibilidad en el check-in o check-out (28%) están por debajo en la lista de prioridades.
Finalmente, el estudio sugiere que más empresas adoptarían esta práctica si las reservas de alojamiento compartido se integrasen en los sistemas de distribución global (GDS), permitiendo una mejor gestión y seguimiento.