2022: EL AÑO DE LA RECUPERACIÓN (Y LA CAUTELA)

Por Eva López Alvarez

A medida que las limitaciones se terminan, el sector MICE se recupera. Sin embargo, la mayoría de grandes corporaciones no están siguiendo el ritmo que el sector turístico vacacional registra y aún hay muchos temores y recortes. Y no solo en cuanto a movimientos, también en presupuestos.

En muchos destinos los aforos siguen siendo muy limitados y solo en estas últimas semanas ha comenzado a percibirse una apertura real, mientras que en otros ya son varios meses de “nueva normalidad” en los que se ha ensayado una presencialidad que, si bien muy condicionada todavía por las exigencias higiénico-sanitarias, parece convenir a los asistentes que se muestran no solo partícipes, sino incluso entusiastas, ante las distintas convocatorias.

Los compradores de congresos, convenciones, viajes de incentivo y eventos coinciden en afirmar que ganas de reencontrarse personalmente no faltan, y que aquel delegado cuyo país de procedencia le permite viajar con facilidad –sin cuarentenas–, se muestra muy partidario a la hora de desplazarse. Sin embargo, las empresas se están mostrando muy cautas a la hora de proponer eventos y viajes.

El sector asociativo se está mostrando más activo que el corporativo, sobre todo en lo que a eventos con asistentes procedentes de varios países se refiere. Y dentro de las operaciones generadas por las empresas, en su mayoría son firmadas desde pequeñas y medianas empresas. Son muchos los venues que afirman estar registrando una actividad mucho más amplia en relación a las pymes y empresas nacionales en comparación con las multinacionales.

Temores del sector corporativo

Y, si bien las sociedades médicas han retomado sus congresos, los laboratorios no están contratando viajes de incentivo, convenciones y eventos con la celeridad que se esperaba.

Muchos actores del sector esperaban un boom por parte de quien genera las vacunas gracias a las que la movilidad se está recuperando. Sin embargo, la realidad no está siendo esa. De
momento.

La coherencia con la política empresarial y las legislaciones laborales se impone. Cuidar del personal y los representantes conlleva no exponerles a ningún riesgo. Si una empresa aún no puede aglutinar a todos sus trabajadores en el comedor por no respetar la distancia exigida, no puede reunirles en un lugar donde no se pueden aplicar los mismos criterios de alejamiento entre personas. Por eso en las multinacionales se impone volver a la normalidad en las oficinas, antes de contemplar un retorno a los viajes y eventos.

Futuro del teletrabajo

La consolidación del teletrabajo como una opción para muchos trabajadores puede conllevar un aumento de los eventos presenciales que permitan reunir a las personas. De todos es sabido que una conversación a través de una pantalla no puede generar el mismo tipo de comunicación ni interacción entre las personas que el formato presencial.

Por tanto, el mantenimiento del home office puede resultar en un mayor interés de las empresas por organizar convenciones presenciales, viajes de incentivo y eventos. En cuanto a los congresos, todo apunta a que la apuesta por formatos digitales que permiten alcanzar una mayor audiencia no es compatible con la programación de sesiones en físico, incluso más numerosas que antes de la pandemia aunque con cupos de asistencia más reducidos. Es decir, el teletrabajo puede suponer una oportunidad para el desarrollo de la industria MICE que hay que saber aprovechar.

Lecciones aprendidas

Antes de la llegada del Covid-19 se llegó a firmar que el ROI (Retorno de la inversión, por sus siglas en inglés) era el condicionante de cualquier evento con sentido. Tras la pandemia éste se ha convertido en un criterio más entre otros que han llegado para quedarse, como la virtualidad de algunas operaciones. ¿Qué impacto deja la operación, tanto en los asistentes como en los residentes del lugar donde se celebra? ¿Qué se logra realmente con la acción y qué contribución genera tanto para la sociedad como para el planeta?

Son cuestiones cuyas respuestas se revelan tan importantes como si merece la pena realizar la inversión prevista y reunir a la gente por el simple hecho de retomar las costumbres anteriores a la pandemia.

LA VOZ DEL COMPRADOR