MOTIVACIÓN PUNTO MICE 36

Desde esquilar una oveja a construir un muro o incluso romper flechas con la garganta... los retos que plantean los receptivos demuestran que la fortaleza mental y el no darse por vencido son tan importantes como la habilidad física y el trabajo en equipo.

Por Cristina Cunchillos

Líder samurái

La agencia mexicana Pasión por el Éxito busca inspiración en la cultura milenaria de los samuráis japoneses para crear un taller de liderazgo en el que los participantes vean incrementadas su confianza, seguridad y autoestima. Un buen líder samurái es visionario, leal y honesto, sabe trabajar en equipo e inspira con el ejemplo: todas son cualidades a las que deben aspirar los profesionales.

El taller utiliza técnicas de programación neurolingüística, inteligencia emocional y aprendizaje acelerado en retos de alto impacto que llevan a adoptar las cualidades que hacían de los samuráis auténticos líderes. El poder de la mente y la fortaleza interior ayudan por ejemplo a romper flechas de arco con la garganta o a hacer del cuerpo un rígido puente sobre el que sostener a un compañero. Otros retos incluyen caminar a ciegas sobre una viga elevada o construir cubos de madera en equipo en un tiempo limitado gracias a una comunicación efectiva.

En los retos participan todos, lográndose así un sentido de pertenencia y colaboración. Y, lo más importante, todos se divierten a la vez que aprenden, llevándose un recuerdo imborrable, y las cualidades del líder samurái.

Vida en la granja

El receptivo irlandés Advantage DMC ofrece la oportunidad de sumergirse plenamente en la cultura y tradiciones del país participando en varias actividades en la granja Ballyknocken House, situada en el condado de Wicklow, a poca distancia de Dublín. Las montañas de Wicklow ofrecen el pasto ideal para las ovejas de la granja y, de la mano del pastor Pat, los equipos aprenden el arte del pastoreo, el esquilado o el trabajo de la lana. También ayudan a preparar la turba para las chimeneas, algo esencial para superar el crudo invierno irlandés en el campo, apilándola para que se seque bien su interior.

La granja también cuenta con una escuela de cocina donde pueden aprender a preparar los tradicionales scones (panecillos que se sirven con el té) o hacer mantequilla casera. No todo es trabajo duro en la granja. En Irlanda no puede faltar una clase de baile o un taller musical donde tocar los instrumentos autóctonos.

Muros de ingenio

Las murallas separan, protegen… y también pueden servir para unir a los equipos. Así lo demuestra el DMC croata DT Croatia con un reto en el que los grupos descubren los atractivos de la región de Dalmacia, con tradiciones como la construcción de los suhodiz, históricos muros sin mortero.

Para sentirse como locales los visitantes participan en un rally en los clásicos autos “Fico”, el Mini favorito de los croatas, visitando pueblos típicos y haciendo paradas en lugares como la fortaleza de Klis, el río Jadro o la cueva de Vranjaca. Es importante la colaboración de conductores y copilotos para no perderse y llegar los primeros a la siguiente parada. En el destino final, se embarcan en la construcción de suhodiz restaurando partes que han sido destruidas. Para que el muro no se venga abajo es necesario ingenio, habilidad y trabajo en equipo, colocando las piedras de tamaño adecuado o cavar hasta conseguirlas, combinándolas de la mejor manera para que se sujeten unas a otras. Es un arduo trabajo compensado con una degustación de productos típicos.

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