GUILLERMO RICCI Director de Continental MICE (Grupo Continental, Uruguay)

“Los viajes de incentivo no son una alternativa”

Guillermo Ricci

Los viajes de incentivo ya no suponen una estrategia alternativa para las empresas
latinoamericanas. Hoy en día se han convertido en una realidad que forma parte de
su política corporativa y cuya efectividad es cuantificable. Aseguradoras, financieras,
farmacéuticas y automotoras son las industrias que marcan tendencia y de las cuales
nosotros como facilitadores debemos seguir aprendiendo.

En Uruguay hemos tenido fabulosas experiencias con destinos como Colombia, Perú, Argentina, Brasil y, por supuesto, en toda la zona del Caribe, donde los complejos all Inclusive son la vedette de muchos programas. A nivel mundial estamos trabajando destinos como España, Portugal, Reino Unido, Marruecos, China y Sudeste
Asiático.

A la hora de concretar un incentivo estamos implementando una forma de trabajo integral en la que no solo nos ocupamos del viaje en sí, también de la comunicación interna de las empresas desarrollando diferentes metodologías de recompensa según el objetivo de cada organización en particular: aumentar las ventas, fidelizar en relación a la marca, fomentar los lazos entre los trabajadores de la empresa e incluso mejorar el clima de trabajo son algunas de las metas que buscan las organizaciones. Debemos utilizar todos los recursos de los que disponemos para cumplir con sus objetivos.

De esas herramientas, la creatividad es la principal y la que a mi juicio sirve de diferencial a la hora de elegir un destino y qué hacer en el. La creatividad es incluso más importante que el presupuesto: hay algunas empresas que manejan grandes inversiones para premiar a sus invitados pero esto no siempre garantiza el éxito del viaje.

“La creatividad es incluso más importante que el presupuesto”

Debemos de ir más allá del “súper hotel” o el restaurante Michelin. Tlo que el cliente busca es un contacto profundo con el destino, un lugar en el que quienes lo visitan puedan aprender sobre el, sobre sí mismos, la cultura local y, a su vez, pudiendo dejar algo en contrapartida. De eso se tratan las experiencias que marcan: son aquellas en las que intercambio de emociones es recíproco.

Debemos volver a lo simple y redescubrir el valor intrínseco de los pequeños momentos de felicidad. Muchas empresas ya saben lo que es un viaje de lujo y a los agasajados les genera un impacto demasiado efímero. Estamos buscando experiencias de vida que llenen el alma y perduren para siempre en la memoria de los invitados.

No tenemos del todo claro qué tendencias definirán el futuro. Y es que no somos adivinos, solo un grupo de profesionales convencidos de que el lujo y la extravagancia ligada a las cinco estrellas ya no tiene por qué ser el camino que conduce a la sorpresa: ¡son las vivencias cinco estrellas las que valen!