La seguridad es el principal factor que los organizadores consideran a la hora de elegir un venue, pero se trata de un concepto que ha cambiado con la pandemia. Así lo destaca un estudio sobre la nueva percepción de riesgos en el sector MICE, encargado por PortAventura Business & Events y la Events Managers Association Spain (EMA), asociación que representa a los responsables de eventos corporativos en España.
Hoy día se trata de ver si el lugar cumple y difunde públicamente la normativa sanitaria, además de implementar los protocolos oficiales sin que estos afecten a una ejecución eficaz de la operación. Según el informe, la seguridad es determinante para recuperar la confianza y volver a los formatos presenciales, aunque estos podrían ser de tamaño más reducido, optando por espacios reconocidos y de buena reputación.
Otras preocupaciones que intervienen en la elección del venue tienen que ver con la flexibilidad en las condiciones de cancelación y contratación (destacado por el 66,3% de los organizadores de eventos encuestados); los requisitos establecidos por normativa (50%); la capacidad tecnológica de los equipos (41,3%) y la facilidad de acceso y conexión (24%). También influyen variables emocionales como la mayor motivación o apatía, el espíritu de superación del contratante, el cansancio emocional, la incertidumbre o el pesimismo.
Además, para la organización de eventos presenciales se tienen en cuenta factores como las vías de acceso al venue, la flexibilidad del espacio y los servicios que ofrece, tales como equipamiento tecnológico, señalética o una posible división por zonas. El informe también apunta a una mayor demanda de salas amplias, ventiladas y con acceso a espacios exteriores, además de zonas anexas para la realización de actividades de networking o programas de teambuilding.