NORTE DE TANZANIA PARA GRUPOS MICE

Contacto con la naturaleza, retorno a los orígenes, autenticidad, exotismo, disfrute del aire libre... no son opciones sino sinónimos de Tanzania, un país que si bien se encuentra luchando contra la pandemia, ofrece todas las garantías necesarias para que una convención o incentivo se convierta en mucho más que un regreso a la normalidad.

TANZANIA

 

HAMBRE DE MICE

Por Eva López Alvarez
Fotos Manuel López Díaz

Si bien la tendencia apunta a que en el corto plazo los organizadores de convenciones e incentivos hispanohablantes priorizarán sus propios destinos, hay lugares para grupos MICE como Tanzania que ni siquiera una pandemia mundial puede hacer desaparecer del mapa. El motivo: la sensación de autenticidad y pureza, de contacto sano con la naturaleza y de regreso a los orígenes, en pocos sitios del planeta se pueden apreciar con la intensidad que ofrece este país africano.

La calidad de la oferta hotelera es otro punto a favor de Tanzania, donde la población, reconocida por su carácter hospitalario, contribuye a generar que una experiencia en Tanzania sea mucho más que un viaje.

El norte, con sus parques naturales, concentra la afluencia turística en un destino que, si bien tiene mucho más que mostrar, reúne en esta zona todos los alicientes para generar una vivencia única. Desde los orígenes de la Humanidad en la Garganta de Olduvái a la gran concentración de animales en el cráter de Ngorongoro, pasando por el siempre fascinante Serengueti.

Arusha

Esta ciudad del norte del país, la tercera en tamaño de Tanzania, es la puerta de entrada para quienes visitan los parques naturales más emblemáticos. El Aeropuerto Internacional de Kilimanjaro, a una hora del centro, sorprende por su tamaño ya que pareciera un aeródromo provincial. 

Nadie diría que no solo es el acceso a la capital turística del país, también a una urbe de gran importancia económica. Y es que por este aeropuerto no solo llegan los turistas ávidos de ver animales. También los profesionales ligados a la explotación y comercialización de piedras preciosas entre las que destaca la Tanzanita.  

Arusha es además una ciudad de gran importancia geopolítica debido a su cercanía con las fronteras de Burundi, Kenia, Ruanda y Uganda. De hecho, fue en el céntrico Arusha International Conference Center (AICC) donde se firmó la paz entre las tribus tutsis y hutus de Ruanda en el año 1993. Es el lugar de congresos en el bullicioso centro, aunque se suele utilizar el de las afueras para evitar el tráfico.

Está muy cerca de la Plaza del Reloj. Marca el punto central de África mientras indica la equidistancia entre Egipto y Sudáfrica. Es punto de referencia en una ciudad en la que  es fácil percibir la gran diversidad habitacional. Cristianos y musulmanes conviven en una nación que cuenta 120 tribus, cada una con su propio idioma, y el suajili como lengua común a todas.

Uno de los mejores lugares para sumergirse en el bullicio y admirar la pulcritud con la que cada día se colocan los miles de productos que proceden de los alrededores, es el Mercado de Arusha. Cada día por la mañana, el tráfico de gente es incesante en esta gran estructura en la que se ofrecen alimentos de todo tipo. La compra minorista se realiza en la parte exterior dedicada a las mujeres.

Coincidiendo con el mercado, las calles de los alrededores sirven de escaparate no solo para lo que se vende sino también para quienes trabajan: los sastres cosen en plena calle, los zapateros limpian sus zapatos, los carniceros preparan la carne… el paseo por Arusha se convierte muy pronto en un viaje sensorial.

Un país de naturaleza 

Actualmente Tanzania cuenta con 18 parques nacionales que se gestionan desde Arusha. Aunque la mayor cantidad de animales se divisa en el norte, se están protegiendo nuevos espacios en el sur y el país está apostando por la promoción de cada parque en función de la fauna: quien tenga especial interés en los hipopótamos, visitará Lago Manyara; los elefantes se ven especialmente numerosos en Tarangire; gran variedad de monos viven en Gombe… Sin embargo, los reyes de la sabana africana, y seguramente del universo de los safaris, son los parques creados en torno al cráter de Ngorongoro y la llanura sin fin de Serengeti.

El mejor hotel de la capital de los safaris es el Gran Meliá Arusha, inaugurado en agosto de 2019 con 171 habitaciones. Las vistas del Monte Meru adornan las mejores estancias. Para sesiones profesionales cuenta con cuatro salas de reunión y un ballroom panelable con capacidad para 600 delegados en teatro.

Cuenta con tres restaurantes, uno de ellos en la azotea, piscina exterior y spa. 150 personas en cóctel pueden disfrutar de las panorámicas desde el piso superior.

A las afueras de la ciudad, el Arusha Coffee Lodge ocupa lo que sigue siendo una gran finca cafetalera -fue la primera y más grande de Tanzania- con magníficos jardines. Árboles centenarios rodean los banquetes de hasta 200 comensales que se organizan al aire libre. Cuenta además con 30 habitaciones en forma de exclusivos bungalós y tres restaurantes.

Para incentivos, la visita del cafetal y la explicación del proceso de elaboración del café con su degustación es ineludible. Además, este recinto cuenta con un espacio sumamente interesante que también se ofrece para actividades de teambuilding.

Shanga Foundation es una iniciativa creada en 2008 para la integración laboral de personas con discapacidad. Fruto del reciclaje de la gran cantidad de botellas de vidrio que aquí se recuperan, se crean auténticas obras de arte y otros elementos únicos. También se elaboran tejidos de algodón.

Los grupos no solo descubren el día a día de los trabajadores sino que pueden, en grupo reducidos, participar en el ensamblaje de abalorios, creando su propio souvenir, o pintar sobre madera.

La fundación abrirá una nueva sede en el Parque Nacional Serengueti, de la mano del hotel Meliá situado en el interior del área reservada.

Parque Nacional de Tarangire

Tanto este parque como el Serengueti se pueden visitar en globo. Sin duda es una manera inolvidable de abarcar el inmenso paisaje de la sabana africana. En Tarangire es más escarpada, en torno al río del mismo nombre, por lo que resulta más difícil admirar los rebaños de animales en la lejanía. Sin embargo, está garantizado que los grupos en vehículo se vean en algún momento sorprendidos ante una gran agrupación de elefantes.

Situado a 180 kilómetros de Arusha, este parque aglutina la mayor concentración de elefantes, estimados en 2.500, de Tanzania. También es famoso por la gran cantidad de baobabs. Estos inconfundibles árboles tan asociados a esta parte del mundo pueden alcanzar hasta los 10 metros de circunferencia. Es muy fácil atisbar las marcas que los elefantes dejan en sus troncos tras frotarse contra ellos.

Este árbol es característico de la parte oeste del Rift, el valle de 6.000 kilómetros de largo por 17 de ancho donde se encontraron los primeros vestigios de vida humana. 

Tarangire Safari Lodge es un complejo de glamping con 35 tiendas y cinco bungalós. La vista que ofrecen es impresionante y traslada a los años en que los grandes herbívoros convivieron con los primeros homínidos.

En la terraza sobre la sabana y el río Tarangire se organizan banquetes para 100 personas. Cuenta además con una sala cubierta para 90 invitados. Gacelas, antílopes, elefantes, jirafas… componen la fauna que se pasea apaciblemente por debajo del hotel.

Es pregunta recurrente cuándo es el mejor momento para visitar Tanzania. Si bien hay mayor afluencia de 4×4 en las pistas de tierra y en torno a los animales, en los meses de junio a agosto se puede asistir a escenas realmente memorables: los primeros pasos de una cría de león junto a su madre, la concentración de ñus preparándose para la migración… la gran proliferación de animales en el mes de junio es fruto de la gran cantidad de hierba para pastar una vez finalizada la estación de lluvias. Las temperaturas más agradables se registran de agosto a octubre.

Muy cerca de Tarangire, el corazón del Parque Nacional Lago Manyara es el propio lago, cuyas riberas cambian de lugar según la estación. Uno de los mejores lugares para apreciarlo es el Maramboi Tented Lodge, con 45 tiendas que pueden estar alejadas muchos metros de sus aguas, o casi rozándolas, como ocurre en el mes de junio.

Los huéspedes no solo se cruzan con otros huéspedes. Facóqueros, cebras, gacelas, mangostas… también forman parte del hotel, en cuyos jardines se organizan sesiones de teambuilding. El parque y, en consecuencia, los alrededores del hotel, son muy apreciados por los observadores de aves, rinocerontes y flamencos.

Cráter de Ngorongoro 

Presumen los locales de contar en su país con una de las maravillas del mundo. En realidad, no se trata de un cráter sino de una caldera volcánica de 263 km2. El recorrido hasta su parte baja permite disfrutar de un cambio de paisaje que hace olvidar la sabana, ya que se atraviesa una zona de bosque húmedo en la que solo faltan los gorilas.

Las paredes que delimitan la caldera, que culminan a 2.300 metros de altura y rodean el fondo a 600 metros de profundidad, ejerce de barrera natural para los miles de animales que habitan en el interior de lo que parece una llanura. La vegetación es escasa una vez en su interior y es muy fácil ver a los animales, incluso en los meses en los que la hierba está más alta. Solamente algunos ñus salen de este bellísimo paraje natural. La pequeña parte de bosque alberga algunos ejemplares del rinoceronte negro, 

El hotel Ngorongoro Serena Safari Lodge, es una imponente construcción de piedra volcánica que parece vigilar a la fauna de Ngorongoro desde las alturas. Ofrece 75 habitaciones y magníficas vistas del cráter también desde su restaurante. Una tienda permanente se ofrece para sesiones profesionales de hasta 200 personas en teatro.

El cráter se sitúa a medio camino entre Tarangire y Serengeti. En coche de Tarangire a Serengeti el recorrido se alarga siete horas que se pueden amenizar con paradas de inmersión en la cultura local, como la que se programa en Mosquito Village, junto a la entrada del Parque Nacional Lago Manyara. Durante el camino se percibe el extremo oriental del valle del Rift y se ven numerosos animales, sobre todo en los tramos de pista de tierra. 

En avioneta es posible partir de Arusha y aterrizar cerca del cráter de Ngorongoro tras un vuelo de 30 minutos, mientras que el recorrido por aire desde la capital de los safaris hasta Serengueti es de una hora.

Durante el trayecto en carretera también es fácil apreciar que ésta es tierra de masáis, de hecho ellos fueron quienes bautizaron a los dos parques nacionales más famosos de Tanzania. Ngorongoro significa `campana’ y es su manera de describir el cencerro que cuelga del cuello de las vacas que pastorean, mientras que Serengeti significa `llanura sin fin’.

En realidad la tribu masái, muy fácilmente reconocible por su altura y las coloridas mantas con las que se abrigan, proceden del norte de Kenia. Llegaron a Tanzania en el siglo XVIII y se instalaron en la gran llanura rocosa de Serengueti, que antes englobaba lo que hoy es el Parque Nacional de Ngorongoro.

En 1951, cuando se creó oficialmente el Parque Nacional Serengueti y se delimitaron los 13.000 km2 que lo componen, los masáis se trasladaron al sur y fueron levantando sus poblados en el entorno del cráter del Ngorongoro.

Impresiona la cantidad de rebaños de vacas que conducen por esta zona, a través de un paisaje salpicado de chozas. Las viviendas de los masáis se estructuran en círculos en torno a un espacio interior abierto en el que se guarda el ganado. En el pueblo masái que se puede visitar cerca del cráter, esta suerte de patio comunitario alberga un mercado donde los miembros de la tribu presentan las creaciones de las mujeres a partir de coloridos abalorios. 

La visita se completa con una demostración de saltos acompañada de cantos, la entrada en una de las chozas para descubrir la sorprendente amplitud de su espacio interior y los 

tanzanos masáis preparan fuego a la manera tradicional, con excremento de animal, madera y paja generando calor sobre uno de sus cuchillos. Muy celosos de su intimidad, se prestan a hablar de sus costumbres, de tradiciones como la poligamia o sus ritos relacionados con la muerte, pero siempre y cuando se programe ±y se pague± una visita previa.

Parque Nacional Serengueti

Es el lugar más deseado de Tanzania y no defraudará a quien quiera sentirse dentro de un buen documental dedicado a la fauna de la sabana africana. Elefantes, jirafas, hipopótamos, monos, gran variedad de aves, leones, cebras, ñus… estos últimos empiezan a agruparse en el mes de junio creando impresionantes concentraciones que no paran de crecer hasta que en agosto cerca de dos millones de ejemplares cruzan el río Mara en busca de pasto. 

Les acompañan cientos de cebras que parecen formar parte del cuadro para aportar las tonalidades blanca y negra.

Otros grandes animales como el rinoceronte y el leopardo son más difíciles, pero no imposibles, de ver. A diferencia de otros países, no se permiten los safaris nocturnos por lo que las salidas siempre se hacen una vez haya amanecido y antes de que se ponga el sol.

No obstante, es posible organizar cenas en la sabana. Forma parte de las propuestas del Meliá Serengeti Lodge, una de las joyas que atesora el grupo hotelero español en el mundo.

La amplitud de la propiedad, con magníficas vistas de la sabana desde las áreas comunes y las habitaciones, permite organizar safaris a pie. Cuenta con 50 habitaciones, incluyendo las 21 en las que se acompaña la elegante decoración con las amplias vistas de la sabana. 

Una sala para reuniones con luz natural puede albergar hasta 50 delegados. El hotel se caracteriza por su apuesta por la sostenibilidad, todo lo que se encuentra en el establecimiento es local, incluidos los elementos de la decoración.

Meliá cuenta con otro hotel en Zanzíbar, la isla perteneciente a Tanzania que se encuentra a una hora y media de vuelo de Arusha. Son muchos los incentivos que incluyen unos días en las playas paradisíacas del Índico tras unos días de safari por la sabana. El estado de las carreteras hace que los safaris sean agitados, por eso el complemento de la estancia en la playa es especialmente apreciado.

Otra opción de alta gama dentro del parque es el Four Seasons Safari Lodge Serengeti, con cuatro restaurantes y 77 habitaciones. Cinco son villas con piscina privada. Todas incluyen bañera panorámica sobre la inmensa llanura. 

Inaugurado en 2012, es un establecimiento con marcada personalidad africana perfectamente integrado en el paisaje. Se pueden organizar reuniones de hasta 20 personas.

Para presupuestos menos elevados, el Serengeti Serena Safari Lodge se inspira en las chozas de los masáis. Cuenta con espacios donde organizar actividades de teambuilding y cenas inspiradas en la la cultura local sin salir del hotel y con vistas a la sabana, especialmente bonitas al atardecer. 

Una tienda permanente se ofrece para sesiones de trabajo de hasta cien asistentes. Además, los grupos profesionales pueden disponer del espacio de barbacoa y del área dentro del parque donde organizar cenas en plena naturaleza.

Regreso a los orígenes

La Garganta de Olduvái es otro de los lugares que fascinan en Tanzania. Desde un anfiteatro que puede albergar a 200 personas, se puede leer esta suerte de libro de geología abierto en el que se han encontrado restos de los ancestros del Homo Sapiens y de nuestra propia especie. Las investigaciones paleontológicas y antropológicas que inició Mary Leakey continúan en un espacio tan lleno de historia que sorprende. Se puede completar la visita con las Huellas de Laetoli, aunque es necesario destinar media jornada debido a la distancia y el tipo de carretera que conduce a ellas.

En 1978 Leakey y su equipo excavaron en Laetoli depósitos de cenizas volcánicas y hallaron los restos de las que se consideran las primeras huellas de pisadas humanas, con una antigüedad comprendida entre 3,4 y 3,8 millones de años.

Es otro más de los lugares que se pueden incluir en un programa de incentivo, en un destino que, si bien ya muy consolidado, no deja de interesar a este segmento. La prueba es que varias cadenas están interesadas en ampliar su cartera de hoteles en el país, mientras que otras esperan que la situación derivada de la pandemia se estabilice para retomar los numerosos proyectos que hay en curso. Nuevas áreas están siendo protegidas, por lo que el número de parques aumentará.

Y es que la posibilidad de disfrutar de la belleza de un lugar tan preservado y en las condiciones de seguridad que Tanzania ofrece, además de la profesionalidad de los receptivos locales, combinan a la perfección con la autenticidad de las propuestas, el exotismo de sus gentes y tradiciones y la riqueza de una fauna que se pasea impasible ante el boquiabierto visitante.  

Aunque nunca cerró sus fronteras, y consciente de las exigencias de muchos países hacia los viajeros procedentes de África, en Tanzania se ha desarrollado una infraestructura destinada a realizar los tests necesarios ante la pandemia de Covid-19. Aunque es eficaz, es lenta, debido a la distancia que separa el norte del Tanzania del único laboratorio certificado para emitir resultados, ubicado en Dar es-Salam. 

Por eso es necesario organizar la realización de las pruebas en los lugares acondicionados para ello dentro de los parques nacionales, de tal modo que haya tiempo suficiente para que las muestras sean enviadas por carretera a la capital y el viajero pueda recibir su resultado.

Tanzania es un país que sabe atraer a los grupos MICE y, consciente de sus atractivos, los protege. La sabana africana es mucho más que el escenario de un documental. Es la prueba de que en el mundo es posible vivir momentos únicos con solo mirar por la ventanilla.

Teambuilding en Tanzania

 

Encaje de abalorios
Imitando a las mujeres masáis es posible realizar distintos objetos a base de los coloridos abalorios que utilizan para sus joyas. Desde posavasos a pendientes, pasando por manteles o pulseras, combinando los colores inspirándose en los motivos más comunes en la cultura local.

De compras
Acompañados de un local, el mercado de Arusha se presta para que los participantes en un teambuilding no solo compren los ingredientes del plato que cocinen, sino que intenten adivinar los nombres de la multitud de productos que se ofrecen cada día.

Pintura africana
La representación de animales sobre tela es una de las facetas artísticas más desarrolladas en el país. Divididos por equipos, los participantes pueden realizar un cuadro entre distintas personas aportando cada uno su toque personal y comparando al final los distintos resultados.

 

Escultura tribal
Intentar reproducir las bellas esculturas nacidas en los troncos de los árboles es muy difícil, pero divertirse intentando extraer una obra de arte de una raíz es una posibilidad para realizar en equipo compitiendo por desarrollar la mayor creatividad posible.

 

 

Una relación estrecha

El vínculo de KLM y el continente africano es más que comercial. La compañía más antigua del mundo empezó a volar a Sudáfrica en 1938. En 1969 se abrió el destino Tanzania, con un vuelo semanal que conectaba Ámsterdam y Dar es-Salam. Era operado con un avión McDonnell Douglas DC8 y el vuelo incluía varias paradas (en Múnich, El Cairo, Entebbe y Nairobi). En 1978, la compañía desplegó aún más sus alas en el país añadiendo Kilimanjaro a su red de destinos.

52 años más tarde, el viaje continúa y ambos destinos se mantienen, siendo Tanzania el único país en el este de África en el que KLM opera en tres destinos: Dar es-Salam, Arusha –puerta de entrada a los safaris en el norte– y Zanzíbar –archipiélago famoso por sus playas paradisiacas–.

Hoy KLM utiliza uno de los mejores aviones de su flota para viajar a Tanzania: el Boeing Dreamliner B787-900 cuenta con 30 asientos en World Business Class con asiento-cama de 207 cm, pantalla de 81 pulgadas y un diseño de cada plaza que garantiza la privacidad del pasajero.

Datos de interés
Moneda Chelín tanzano (TZS)
Huso horario GMT +3
Tipo de enchufe Clavija tipo D / G – Voltaje común 230 V
Código telefónico +255
Aeropuerto más cercano Aeropuerto Internacional del Kilimanjaro (JRO)

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