El aeropuerto internacional de Londres-Heathrow ofrece desde esta semana un test rápido del Covid-19 a los pasajeros que viajan a Hong Kong e Italia, destinos que requieren un certificado de resultado negativo a los visitantes del Reino Unido. En Francia, por otro lado, se introducirán pruebas rápidas de antígenos en los aeropuertos parisinos de Charles de Gaulle y Orly para salidas a determinados destinos y llegadas de zonas rojas a partir del 26 de octubre.
El nuevo test Oxford LAMP, que tiene un coste de 80 libras (88 euros) y está disponible en las terminales 2 y 5 de Heathrow, es una prueba genética, similar a la PCR, pero que produce resultados en tan solo una hora. Los pasajeros dan una muestra de saliva que se mezcla con una solución y se calienta para que suelte el material genético del coronavirus. Las aerolíneas Virgin Atlantic, Cathay Pacific y British Airways ofrecen este servicio a sus clientes, que deben reservar la prueba y llegar al aeropuerto con suficiente tiempo para tener el resultado antes de embarcar. Este tipo de test no es aceptado en algunos destinos, como Chipre o las Bahamas, que requieren una prueba PCR.
Los tests antígenos, como los que se ofrecerán en los aeropuertos franceses, permiten tener los resultados en tan solo quince minutos y son más económicos, pero se consideran menos precisos, sobre todo en casos asintomáticos.