Los espacios para eventos han experimentado un extraordinario desarrollo en los últimos diez años. Esta actividad interviene cada vez más en las relaciones de las empresas, instituciones y organizaciones con sus distintos públicos, revelándose como una herramienta estratégica de comunicación y marketing, generadora de impactos directos e interactivos con sus clientes.
La responsabilidad inherente a esta actividad obliga a que la actuación de los profesionales se rija por principios de calidad, rigor e integridad. Con este fin nace el código ético de ADEPE, que pretende ser un marco que guíe la actuación de los espacios asociados, tanto a nivel interno, como en sus relaciones externas:
– Buen gobierno: establecer relaciones mercantiles y laborales con equidad y prudencia, buscando el progreso y beneficio de las partes implicadas, sin falsas expectativas.
– Justicia: actuar de acuerdo con las normas y leyes que regulan tanto la actividad y seguir criterios de justicia y equidad en relación a los clientes, empleados, proveedores, colaboradores y agencias competidoras.
– Transparencia: ser transparentes en sus relaciones y acuerdos comerciales y laborales.
– Integridad: ser veraces en todas sus actuaciones, con los clientes, proveedores y demás colaboradores.
– Excelencia: mantener un alto nivel de calidad para con sus clientes, y en las relaciones con sus proveedores, empleados y resto de colaboradores.
– Perdurabilidad: constituir proyectos empresariales con continuidad en el tiempo.
– Enfoque humanista: un concepto de empresa que, además de generar valor económico, cuente con el valor añadido de contribuir al desarrollo de las personas.
– Seguridad, salud y sostenibilidad: desarrollar el trabajo con el compromiso y las medidas necesarias para salvaguardar la salud pública y la seguridad, proponiendo a los clientes una producción más sostenible de sus eventos en el plano económico, social y medioambiental.