JORDANIA
JOYAS SAGRADAS
Por Vincent Richeux
Jordania es un compendio de majestuosidad traducida en distintas formas: arqueológica, paisajística, cultural… En Ammán, la capital, se mezclan el dinamismo de una clase social emergente y al arcaísmo de una sociedad que se hace visible a través de los hombres que compran en el mercado mientras sus mujeres se pasean cubiertas con velo. Los paisajes del desierto de Wadi Rum son tan sorprendentes como los fondos marinos del mar Rojo o las sensaciones que puede disfrutar el visitante en el siempre curioso mar Muerto. Y esto sin mencionar Petra, una de esas joyas del mundo que la Humanidad aún tiene la suerte de poder admirar.
El Aeropuerto Internacional Reina Alia de Ammán (AMM) está situado a 32 kilómetros al sur de la capital. Los viajeros deben pagar un visado a la llegada o adquirir el Jordan Pass, que incluye el acceso gratuito a 43 lugares de interés turístico entre los que se encuentran Petra y Wadi Rum. Tiene una duración de un año desde la fecha de compra y la única condición es permanecer tres noches como mínimo en el país.
Ammán
Para los mayores eventos en el centro de la ciudad, la capital dispone del centro de convenciones Zara Expo, con un auditorio de 297 plazas. En el vestíbulo se pueden organizar banquetes de hasta 700 comensales. Está conectado con el hotel Grand Hyatt Amman Hotel, que ocupa el edificio adyacente y amplía las posibilidades para grupos MICE del centro gracias a sus diez espacios para convenciones y eventos con capacidades entre ocho y 300 asistentes en teatro, además de un ballroom para 800 invitados a una cena de gala. El hotel cuenta con 311 habitaciones, incluidas 16 suites.
Desde 2003, la colina más alta de la ciudad está coronada por el Four Seasons Hotel Ammam, cuyas 192 habitaciones fueron renovadas en 2020. Cuenta con ocho espacios para reuniones y eventos, entre ellos una gran terraza anexa al ballroom para cócteles de hasta 900 invitados.
El hotel ofrece a los grupos un disfrute del destino de la mano de una fotógrafa oficial del reino o mediante una acampada de lujo en Wadi Rum.
Por su parte, el grupo Marriott cuenta con varios hoteles en la ciudad. El último en entrar en su porfolio en el destino fue, el W Amman Hotel, primero de la marca en el país e inaugurado en 2018. Se encuentra en New Abdali, el nuevo distrito financiero de la capital. Con 280 habitaciones y 44 suites, ocho espacios para eventos y capacidad para 500 delegados en el mayor, este establecimiento es un homenaje al diseño más atrevido.
El vecino Abdali Mall -el más grande de Jordania- está de moda, así como todo lo que sucede en The Boulevard JO, una calle comercial que representa a la perfección la dualidad entre modernidad y tradición que impera en la ciudad.
El distrito Abdali, o el nuevo downtown, aglutina los rascacielos de nueva construcción y la oferta más exclusiva de alojamiento. Como parte de ella, el fastuoso The Boulevard Arjaan by Rotana ofrece 390 apartamentos de lujo que abarcan desde los estudios a las viviendas de cuatro habitaciones, además de un completo gimnasio, dos piscinas panorámicas en la azotea y cuatro espacios para reuniones.
Forma parte del mismo distrito la mezquita del rey Abdalá I, ordenada en los años 80 del siglo pasado por el rey Hussein en honor a su abuelo. La visita está abierta a las personas no musulmanas, que pueden admirar la gran sala para 3.000 fieles coronada por una cúpula de 35 metros de diámetro. Las líneas que parten de su centro culminan en los 99 nombres de Alá.
Destino de arte
Si bien la suma de arte y Jordania tiene como primer resultado Petra, muchos son los visitantes que se sorprenden de la riqueza artística de Ammán, con el aliciente de que algunos espacios pueden ser utilizados para eventos. Es el caso del Teatro Romano, construido en el siglo II y con capacidad para 6.000 espectadores.
La ciudad circundante parace haber fracasado en un intento de engullir este impresionante vestigio, que también puede privatizarse para eventos de menor asistencia, especialmente llamativos por la noche con la capital de fondo.
El teatro está a los pies de una colina cuya cima está ocupada por la Ciudadela romana, donde se mantienen restos de una primera muralla que se remonta al final de la Edad de Hierro, así como los vestigios del famoso Templo de Hércules, erigido por los romanos en el año 161 d.C.
La capital del Reino Hachemita -linaje árabe actualmente reinante en Jordania- también ofrece espacios naturales desconocidos y de gran interés ecológico que pueden sorprender a los participantes en un viaje de incentivo.
A una hora y media por carretera hacia el norte del país, la Reserva natural de Ajlún alberga bosques de robles, algarrobos, pistachos y fresas. De aquí proceden los jabones más famosos del país, elaborados por los lugareños a base de las materias primas locales.
Para grupos se ofrece una ruta desde el Centro de Visitantes de la Reserva que finaliza siete kilómetros después en la Casa del Jabón, en el pueblo Orjan. Al finalizar la excursión se asiste a la elaboración del jabón artesanal por parte de un grupo de mujeres locales que trabajan los distintos aromas con aceite de oliva puro.
La Reserva Natural Dibeen es una extensión de pinos de Alepo y robles donde disfrutar de la sombra junto a las familias jordanas, asiduas del lugar por su cercanía con Ammán.
Petra
Visitar Jordania sin ir a Petra sería como estar en París y no ver la Torre Eiffel. Aunque el lugar no está disponible para eventos por restricciones de la UNESCO, la riqueza arqueológica de los alrededores ofrece posibilidades tan vistosas como el sitio mismo. Es el caso de Mini Petra, en las cercanías del actual recinto arqueológico de Petra, donde los beduinos se instalaron tras ser expulsados de esta zona.
A tres horas por carretera de la capital, en 2012 se celebró el bicentenario del descubrimiento de esta ciudad nabatea construida en la roca y fundada en el siglo VI. Era un centro de descanso y comercio en el punto donde convergían la Ruta de la Seda y la del Incienso.
Mucha gente cree que lo más bonito de Petra es el Siq, ese kilómetro de desfiladero tan fotografiado que conduce a El Tesoro, la portada que se ha convertido en el icono de Jordania. En realidad, el camino entre la roca erosionada, que parece transportar al viajero a un lugar mágico, y la fachada de lo que pudo ser un templo o una tumba real, no son más que el comienzo de un magnífico itinerario que se extiende a lo largo de 12 kilómetros.
Aunque ya nadie habita en este recinto, las casas trogloditas, los reflejos del sol en la roca y el incesante tráfico de locales ofreciendo paseos en camello o mula permiten hacerse a la idea de cómo debió ser el lugar en su época de apogeo. Aún se conservan los 800 escalones esculpidos en la piedra que conduce a las vistas del Monasterio, otra impresionante fachada rodeada de espacios de culto y con el desierto de Wadi Araba como fondo.
Los grupos pueden ser desplazados en carruajes a través del Siq y por la llamada Avenida de las Fachadas, que se extiende después de admirar El tesoro.
Para actividades de teambuilding se utiliza el cercano Castillo de Shobak, donde se programan retos en los pasadizos y mazmorras. Una posibilidad inolvidable para incentivos es sobrevolar la zona en globo, preferentemente durante el amanecer o la puesta de sol.
El Movenpick Resort Petra, de cinco estrellas, es el hotel más utilizado por grupos de incentivo. Ofrece 183 habitaciones y suites en la entrada de Petra. Cuenta con un espacio para reuniones de hasta 100 personas, spa, y una de las mejores terrazas de la ciudad para cenas de 150 comensales con vistas a las colinas que esconden el desfiladero de Siq.
Wadi Rum
A una hora por carretera al sur de Petra, el desierto jordano no es una sucesión de dunas de fina arena. Es un conjunto de planicies y montañas de hasta 1.750 metros de altura. El paisaje está salpicado de rocas sobre las que la erosión parece haber dejado frases escritas. Algunas rocas están en realidad talladas con restos jeroglíficos que datan de hace 4.000 años.
Las opciones más solicitadas a la hora de visitar el desierto son los recorridos 4×4 o en camello. También es posible recorrer una parte a caballo. Algunos grupos de incentivo ya han salido de travesía por el desierto haciendo noche en el camino.
Para quienes quieren experimentar al máximo la atmósfera del desierto, nada mejor que dormir en uno de los campamentos beduinos. La cena típica sale de la tierra, de hornos construidos en la arena que albergan bandejas de cordero, arroz y vegetales. Un beduino prepara el pan que directamente consumen los visitantes… una auténtica delicia que degustar durante las frías noches en las que los grupos refuerzan lazos en torno al fuego. O admirando los millones de estrellas que decoran la escena sobre sus cabezas. Con la luz del sol es posible organizar actividades de teambuilding basadas en la orientación.
En cuanto a las opciones de campamento, hay para todos los gustos, Desde aquellos que reproducen las tiendas beduinas con baño en el exterior, a versiones modernas como la de Wadi Rum Bubble Luxotel: las habitaciones son esferas transparentes dotadas de todas las comodidades. Algunas disponen incluso de una pequeña piscina para contemplar el desierto desde el agua.
Captains Desert Camp mantiene la estética nómada. La compañía cuenta con tres campamentos, dos fijos y uno móvil, para quienes organicen travesías a pie que impliquen una noche bajo las estrellas. Algunas tiendas cuentan con baño propio.
Mar Muerto
A tan solo 45 minutos en coche de la capital y del desierto se encuentra el mar Muerto, un fenómeno que no deja indiferente a nadie, incluso cuando ya se ha flotado en sus calientes aguas o pisado las bolas de sal que constituyen la arena de su fondo. Los jordanos presumen de ofrecer algo que no ofrece su vecino israelí: la puesta de sol.
El mayor centro de convenciones del país se encuentra en esta zona, junto al mar: el King Hussein bin Talal Convention Centre está gestionado por Hilton. En la mayor de sus 31 salas puede albergar 2.200 delegados en teatro.
Delante del recinto y frente al mar se encuentra el hotel Hilton Dead Sea Resort & Spa, construido en 2017 con 285 habitaciones y cuatro salas para reuniones. Se pueden organizar cócteles en el pontón flotante que se ofrece como exclusivo mirador del atardecer.
Uno de los mejores hoteles del país es el Kempinski Hotel Ishtar Dead Sea. Todas las 345 habitaciones, suites y villas cuentan con balcón y vistas al mar Muerto. Para sesiones profesionales tiene un auditorio de 182 asientos, siete salas de reunión y cinco espacios interiores.
Esta zona del mar Muerto alberga la mejor infraestructura hotelera del país. Una excursión conduce al río Jordán, que ejerce de frontera natural entre Israel y Jordania. Es posible bañarse en el río, observando al otro lado un país con el que las relaciones son complicadas. La presencia militar así lo atestigua. No es posible atravesar el río.
En caso de integrar la visita de Israel en el programa, es necesario desplazarse hasta Jerusalén, a menos de 40 kilómetros, prestando atención a los horarios de los controles y el cierre de fronteras.
Un país, dos mares
El golfo de Áqaba, bañándose en las aguas del mar Rojo, completa el abanico de riquezas naturales de Jordania. Los corales crecen en condiciones óptimas gracias a la ausencia de tormentas y las corrientes de agua templada. Cualquier momento del año es bueno para bañarse en el mar Rojo, la temperatura no baja de los 22 grados.
Áqaba cuenta con aeropuerto internacional y concentra la oferta vinculada al sol y la playa en Jordania, además de un amplio abanico de posibilidades con el mar como protagonista. Destacan las salidas para hacer snorkel y submarinismo, aunque también se pueden practicar numerosos deportes acuáticos y salidas para disfrutar de un cóctel con el bonito atardecer.
Apuesta por la sostenibilidad
En un intento de favorecer el turismo sostenible se han creado doce experiencias durante las que mezclar el descubrimiento del rico patrimonio y naturaleza jordanas y la contribución al desarrollo local.
Como parte de ellas, Nusaiba Al Momani demuestra desde 2015 que es posible vencer la arraigada costumbre de no contratar a mujeres en el sector turístico gracias a su restaurante Café Summaga en el Centro de Visitantes del Castillo de Ajloun. En él no solo trabajan féminas, sino que se ofrecen menús basados en productos lácteos caseros, conservas, miel, hierbas, especias y verduras presentadas en platos simples y tradicionales a través de cuya venta se benefician 41 familias.
También se pueden organizar actividades y sesiones de compras en alguno de los dieciséis talleres artesanales en los que se ofrecen productos como joyería de plata, jabón de aceite de oliva, mermeladas, cerámica, infusiones o productos elaborados a partir de cuero de cabra.
Todos ellos son creados por 60 mujeres jordanas y los talleres se encuentran en las reservas naturales de la red RSCN (The Royal Society for the Conservation of Nature, por sus siglas en inglés) y el Wild Jordan Center de Amán.
En Beit Khairat Souf, varias mujeres preparan mermeladas a base de ingredientes locales de temporada y se han hecho famosas por su mezcla secreta de café de bellota descafeinado altamente beneficioso y hierbas medicinales. En la cafetería se ofrecen clases de cocina.
Son numerosos los proyectos que no solo intenta favorecer la inclusión en el mercado laboral de las mujeres y su independencia económica, sino involucrar a las comunidades locales en el desarrollo turístico. Los viajeros deben renunciar a determinadas comodidades si quieren participar en interesantes proyectos relacionados con el alojamiento, como el Ammarin Bedouin Camp, muy cerca de Little Petra.
Es posible dormir en auténticas tiendas beduinas y aprender sobre este pueblo milenario participando en actividades como hornear pan, compartir el ritual del café, practicar pasos de sus danzas o dejarse introducir de su mano en el desierto.
Las sesiones de música con instrumentos antiguos amenizan las veladas bajo las estrellas en compañía de los miembros de la cooperativa encargada de la gestión del lugar.
Viajes temáticos
Otro de los atractivos de Jordania es la posibilidad de tematizar los viajes y que en cada temática haya joyas únicas en el mundo. Un programa basado en wellness puede incluir tratamientos en alguno de los spa especializados -y de lujo- de la zona del mar Muerto.
También se puede descubrir el país siguiendo las menciones de la Biblia, incluyendo desde el mar Muerto -llamado el mar de Arabah en el libro religioso, el monte Nebo, la cueva de Lot la tumba de Job, el lugar de bautismo de Jesús o los múltiples rincones del valle del río Jordán donde según el texto estuvieron ubicadas ciudades como Sodoma y Gomorra.
Un itinerario arqueológico puede comenzar en la ciudadela de Amán y terminar en Petra, pasando por Pella y Mádaba -la ciudad de los mosaicos-. Otra de las ventajas de este destino es que nada está muy lejos en Jordania, un país de pequeño tamaño con gran diversidad de opciones, todas dotadas de una rica historia milenaria.
La magia del desierto, la riqueza de los fondos marinos del mar Rojo, la majestuosidad de Petra, la originalidad del mar Muerto y la efervescencia de Ammán dan lugar a una interesante combinación de tradiciones árabes, exotismo y modernidad. A los locales les gusta presumir de ser «el país de la hospitalidad», ya que éste es un rasgo que define al pueblo beduino. Merece la pena comprobarlo.
Teambuilding en Jordania
Pintor de arena
Uno de los souvenirs más típicos de Jordania puede ser elaborado por los participantes en un incentivo: diferentes capas de arena coloreada se superponen dentro de un recipiente de cristal creando bonitas mezclas de colores sin que se confundan las tonalidades.
Misterios nocturnos
Los jordanos se jactan de tener la puesta de sol «de su lado» en el mar Muerto. Un espectáculo sin duda atrayente que puede preceder a una búsqueda del tesoro nocturna durante la que descubrir algunos secretos y leyendas vinculados a este mar.
Jabonero artesanal
En la Reserva Natural de Ajlún, al norte de Jordania, habitan los fabricantes de jabón más famosos del país. Es posible organizar en pequeños grupos una sesión de elaboración de jabón artesanal con distintos aromas procedentes del entorno natural y a base de aceite de oliva puro.
Clases de cocina
La gastronomía jordana es uno de los grandes atractivos del país. En Petra Kitchen se organizan clases de cocina grupales a partir de ingredientes frescos y la garantía de que la actividad repercute en el desarrollo local mediante el reparto de la comida sobrante.
El mar Muerto
Junto con Petra, el mayor atractivo turístico de Jordania es uno de los tesoros geológicos del planeta. Situado a 420 metros bajo el nivel del mar, tiene 80 kilómetros de largo y 16 de ancho. Los 135 kilómetros de costa están repartidos entre Israel, Cisjordania y Jordania. Lo que en realidad es un lago se alimenta de agua del río Jordán. Los minerales que llegan a él no encuentran salida ya que el agua queda estancada aquí, por eso se genera una densidad de sal superior a la del cuerpo humano: ese es el motivo por el que los bañistas flotan en el agua.
Desafortunadamente, esta puede ser una propuesta efímera. Si bien parece estar confirmado que no desaparecerá completamente, está certificado que el volumen de las aguas
del mar Muerto se está reduciendo a un ritmo alarmante: el nivel del agua está bajando más de un metro cada año, y esto desde hace cien.
El mar Muerto no es un mar en el que nadar. De hecho, dadas las altas temperaturas, se recomienda no estar más de 20 minutos en el agua. En ese tiempo, un reto divertido puede ser leer el periódico mientras se flota.
Datos de interés
Moneda Dinar jordano (JOD)
Huso horario GMT +2
Tipo de enchufe Clavija tipo C/D/F/G/J – Voltaje común 230 V
Aeropuertos internacionales
Amán – Reina Alia (AMM)
Áqaba – Rey Hussein (AQJ)
Más información JORDAN TOURISM BOARD www.visitajordania.com