El pasado 31 de octubre se inauguró una nueva terminal totalmente automatizada en el aeropuerto de Changi, en Singapur. Los pasajeros pueden obtener su tarjeta de embarque, facturar su equipaje, pasar los controles de seguridad y llegar al avión sin necesidad de intervención humana alguna, ahorrándose así un 20% en los costes de mano de obra.
Tras hacer el check-in automático y etiquetar sus maletas, los viajeros solo necesitan depositarlas en una cinta que conecta con vehículos sin conductor que las llevarán al avión. Ni siquiera es necesario que saquen sus ordenadores portátiles, agilizándose así el proceso.
En los controles de inmigración, y nuevamente en la puerta de embarque, se utiliza tecnología de reconocimiento facial para verificar la identidad del viajero y permitir su acceso al avión. Por el momento esta tecnología solo la pueden utilizar los residentes en Singapur, pero se espera que se amplíe su uso en el futuro.
La nueva terminal 4 (T4) puede aceptar hasta 16 millones de pasajeros al año, incrementándose así la capacidad total del aeropuerto de Singapur a 82 millones de viajeros. Cathay Pacific es la primera aerolínea en trasladarse allí, y otras como Cebu Pacific, Korean Air, Spring Airlines, Vietnam Airlines y el Grupo Air Asia, lo harán próximamente.